domingo, 31 de julio de 2016

BUDAPEST. La perla del Danubio

Viviendo en una de las comunidades húngaras más importantes de Transilvania (País Székely), no podíamos desaprovechar la ventaja de conocer algunas frases en el que presume de ser el segundo idioma más complicado del mundo, después del chino.

Tras cerca de mil años perteneciendo al mismo gobierno, no es de extrañar la gran cantidad de parentesco que a día de hoy sigue latente entre Hungría y Transilvania, por lo tanto, hay un tráfico diario de viajeros en autobús, que conectan a los magiares transilvanos con los de Hungría.

Dentro de uno de esos autobuses de húngaros habitantes de una tierra a la que no consideran patria, llegamos a Budapest, una de las ciudades más bonitas de Europa.

Ciudad de ciudades, Budapest no adquirió este nombre hasta la unificación de 3 poblaciones; Obuda, Buda y Pest.

Estampa nocturna bajo el puente de las Cadenas con el Castillo de Buda al fondo.

Basílica de San Esteban
Comenzamos la disección de la capital húngara desde uno de sus edificios más emblemáticos, la Basílica de San Esteban, que rinde homenaje al primer rey de Hungría. Dentro de la Basílica, se encuentra la mano del santo al cual rinden homenaje cada año y le honran como uno de los héroes nacionales. Según cuentan, gracias a su pericia militar y a sus triunfos estratégicos contra el avance de los turcos, el cristianismo en Europa occidental sobrevivió al imperio Otomano.


Como dato curioso, además de atesorar la mano de San Esteban, en la Basílica se encuentra enterrada una de las celebridades contemporáneas húngaras, Ferenc Puskas. Tras su jubilación como futbolista profesional, apostó por el deporte nacional creando numerosas escuelas deportivas.

Partido de octavos de final entre Hungría y Bélgica
Desde allí ponemos rumbo hacia Vaci Utca, una de las calles peatonales más transitadas por los turistas. Tras pasar por la plaza de Vorosmarty, donde conviven símbolos modernos de la ciudad como Hard Rock Café, con clásicos como el Gran Café Central o la pastelería Szamos, llegamos finalmente a Vaci Utca. Esta calle kilométrica supone un paseo muy agradable para el turista, pero no lo es tanto para tomar una cerveza, ya que los precios ascienden hasta el doble aprovechándose de las circunstancias.

Nuestra visita coincidió con la primera eliminatoria de la Eurocopa, dónde Hungría se clasificó como primera de grupo y despertó un gran interés en todo el País. Pudimos disfrutar de los octavos de final en las numerosas terrazas en las que reinaba un ambiente futbolero.

Interior del mercado
Dejando de lado el puente de Elisabeth, uno de los tantos que conecta la ciudad de Buda con la ciudad de Pest a través del  río Danubio, llegamos al mercado central. Con una larga historia a sus espaldas, se presenta como el mercado más grande construido en la ciudad dos siglos atrás. Presenta una oferta innumerable de productos de todo tipo donde uno puede disfrutar de varias horas paseando y observando a la gente local. 

Si con tanta compra aprieta el hambre, la parte superior está destinada a puestos de comida bastante baratos dónde se puede compartir mesa (literalmente) con turistas y locales a partes iguales.


Saliendo del mercado, tomamos la orilla del río para llegar hasta el plato fuerte de la ciudad, el Parlamento. Dejando a mano izquierda los puentes de Elisabeth y el puente de las Cadenas, llegamos al centro de la soberanía del país. Este imponente edificio de finales del S. XIX se alza a las orillas del Danubio y representa una de las postales más típicas de la ciudad. De la misma altura que la basílica de San Esteban, la visita merece mucho la pena al caer la noche. Especialmente iluminado, el parlamento de Budapest, orgullo del pueblo húngaro, es sin lugar a dudas, uno de los más bonitos del mundo.

Parlamento de Budapest
Nos salimos por un rato de la ciudad de Pest para adentrarnos en la parte de Buda. A través del puente de las cadenas, también conocido como puente de los leones, cruzamos el río. Este puente, como todos los puentes de la ciudad, fue reconstruido tras ser dinamitado en la segunda guerra mundial con motivo del avance enemigo. Entre sus numerosas anécdotas, se dice que su arquitecto se suicidó al percatarse de que los leones que custodian el puente no tienen lengua.

Leones sobre el puente de las Cadenas
En Buda nos encontramos con una ciudad mucho más señorial. Paseando tranquilas calles y parques, ascendemos caminando hasta el castillo de Buda. Desde allí, las vistas son completamente diferentes a lo que estábamos acostumbrados desde la orilla de Pest. Las panorámica de la Basílica y el Parlamento confeccionan una postal de los más pintoresca. Caminando por su parte antigua nos encontramos un ambiente mucho más burgués, muy alejado del espíritu bohemio y artístico de Pest.  

Ciudad antigua de Buda
Vistas de Pest desde el castillo de Buda
Para cruzar hacia el otro lado, aprovechamos para darnos un paseo por de los pulmones de Budapest, la Isla Margarita. Una isla en mitad del Danubio convertida en parque, perfecta para disfrutar de un tiempo de relax y ocio. Se puede recorrer paseando, en bus, o alquilando una de las bicicletas y coches a pedales que se ofertan en cada esquina. 

Fuente central en Isla Margarita

Gente descansando en la isla.
Otro de los clásicos de la capital Húngara es la Ópera de Budapest, uno de los grandes edificios de ópera europeos y con una de las mejores acústicas del mundo.

Desde la parada de la Opera, montamos en la que presume de ser la línea de metro más antigua del continente europeo (segunda después de la de Londres), para llegar hasta otro de los emblemas de la ciudad, los mayores baños medicinales de europa, las termas de Szechenyi. Varias horas de circuito termal cargan de energía para continuar explorando la ciudad. 
Interior de las termas

Exterior de las termas de Szechenyi

Cerca de las termas encontramos la plaza de los héroes, una de las plazas más impresionantes e importantes de la ciudad, así como el City Park, el otro gran pulmón de la ciudad.

Plaza de los Héroes de Budapest

City Park

Dicen que Budapest tiene dos caras diferentes, el día y la noche. Y es cierto que, al caer la noche, la potente iluminación inunda de magia y vida esta ciudad. Los diferentes Pubs y Ruin-Pubs abren sus puertas para dar paso a noches largas, especialmente en la parte del barrio judío. 

Detalle de decoración del Instant
Los Ruin-Pubs, todo un símbolo de la noche de Budapest, son además de una atracción turística, la piedra angular en la fiesta nocturna de la ciudad. 

Este nombre se debe al mal estado de los edificios en los que se han habilitado estos bares desaliñados y con un rollo retro que aporta la esencia de este tipo de locales. Entre ellos, destacan nombres como el Szimpla o Instant.



Parlamento de Budapest iluminado

Con lo más importante a las espaldas, nos despedimos de la capital de Hungría, cogemos las mochilas, y ponemos rumbo a otra de las capitales de Europa, Viena.




Texto: Enrique de Paz

Fotografía: Silvia Blanco


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